Hablamos de la felicidad como si fuese
algo que tuviésemos que conseguir, cuando deberíamos dejar de
preocuparnos por lo que seremos y empezar a disfrutar lo que somos.
Todos sabemos lo que nos hace feliz. El
problema es el miedo a perder. Y es normal tener miedo.
El miedo es de todos, pero la vida es
de los valientes. De aquellos que deciden que vale más lo que se
puede conseguir arriesgando que lo que se puede perder. Que afrontan
la partida y se apuestan la piel sin ver todas las cartas. Con
esperanza. Y si pierden, no se preocupan. Habrá más batallas en las
que luchar. Y créeme, alguna la van a ganar. Pero para lograrlo
tienes que jugar. No desperdicies las oportunidades. Y sí caes,
levanta.
Es de tontos no luchar por aquello que
nos hace felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario